“El
actor está en una crisis muy grande”
Entrevista a
Héctor Bidonde |
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Héctor Bidonde habló de
Un Hombre Torcido (su última obra), su historia, su
familia, la política y su pasión: el teatro. La charla duró más de
una hora y se mostró muy amable. A continuación las sensaciones de
una tarde muy particular.
Entra una nena de 11años que está a punto de sacar a
pasear a sus tres perros. Tiene una sonrisa pícara y un pelo largo y
lacio. Es muy parecida a su mamá (quien la acompaña). Ambas son las
responsables de que la entrevista finalice. Es que Héctor Bidonde
(71) se deslumbra cuando ve los ojos y la sonrisa de la pequeña,
quien le dice al actor: Papi vamos a pasear los perros.
Imposible negarse a semejante pedido.
“Es una situación muy particular, la vida se va
cobrando su precio. Yo en el año 77 sufrí la muerte de una hija de
16 años, después estuve 20 años sin pareja y desde hace 16 estoy
con Virginia, un ser fantástico de 34 años. Es una revancha que me
dio la vida, lamentando lo que quedó en el camino”, dice muy
emocionado. Luego, con los ojos vidriosos y en referencia al
fallecimiento de su hija, dice estar haciendo un duelo que no se
terminará nunca. Se lo nota con ganas de hablar, de contar su
experiencia de vida, de dejar su mensaje: Hay que tener un
proyecto, eso al menos subsana un montón de desencantos. Un
emocionado Bidonde queda mirando la nada y rápidamente la charla
deriva en un lugar donde el actor se siente muy cómodo: el teatro.
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¿Cómo ves a los actores hoy después
de cuatro años “alejado” de la profesión?
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El actor está en una crisis muy grande. Los medios los usan
de modo muy agresivo, las competencias son feroces y se viene la
digitalización. Los actores seremos una hojita al viento. Hoy en día
un actor a poco de andar puede entrar en una productora y ser
veterano siendo jovencísimo como Marianito Martínez, el pibe Cabré,
Posca y otros más que están años en un canal con distintos programas
y que duran mucho. Pero son cada vez menos lo que tienen esa
fortuna. La mayoría vive como puede saltando de un lado a otro, con
jornadas muy extensas, imprecisas, e inseguras. Es muy pequeña la
reducción del nuevo convenio de actores (redujo sólo una hora la
jornada laboral del actor. – actualmente es de 10 horas - )
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¿Les falta organización a los
actores?
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En todos lados falta organización, también en los actores.
Quien tiene hoy el poder lo usa en términos de una exagerada
competitividad. Está Pol-k, Cuatro Cabezas, el desembarco de los
mejicanos en Canal 9, Ideas del Sur y los canales. Todos viven con
un estrés enorme y súper-explotan para que haya rentabilidad para
los inversores y para que las empresas tengan una capacidad de
producción. El actor se prepara cada vez menos y en un lugar
pragmático como diciendo “dame fórmulas”.
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¿Cómo hace desde la docencia
(da clases de teatro en su propia y hermosa sala ubicada en
La Paternal. Es
el sueño del pibe, dice de su casa)
para trabajar sobre esas cosas?
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Cuando veo que alguien viene con una mirada distinta a la mía
trato de ubicar el asunto. Se puede aceptar y más o menos acompañar
a quien viene en busca de una formación que sea recreativa. Pero
quien viene con una mirada especulativa y con objetivos a corto
plazo no. Ahí me paro, lo aparto del grupo y charlo con él. Yo a
priori no rechazo a nadie, pero aclaro que acá no van a encontrar
fórmulas. Ahora, y sin entrar en un plano crítico, han aparecido
personas que trabajan en la formación del actor para TV, para
casting, para publicidad, etc. (dice con cierto rechazo) Acá hay un
plan que no es inamovible pero tiene una flexibilidad relativa. Es
bueno que se formen desde el punto de vista humano. Yo quiero que
los actores que vienen acá, dentro de cuatro o cinco años estén
preparados, en lo posible, para atravesar tanto métodos clásicos
como “nuevas formas teatrales”.
El teatro es su pasión y se nota. Está como pez en
el agua cuando habla de escenarios, obras y autores. No para de
citar nombres del teatro, la pintura, la música y el ámbito
intelectual. Cuando habla de política se lo nota apasionado pero no
tan cómodo “Cuando me llamó Zamora le dije que yo no creo en nada
y en nadie. No creo en la política ni en los partidos políticos. La
política es el mascarón de proa de los grupos económicos. En los
cuatro años de legislatura fui a aprender cómo se maneja un
gobierno. Fui muy poco dialoguista, me peleé mucho y de frente.
Nunca me disfracé de progresista. El capitalismo no tiene proyecto
para 6.5 millones de personas”.
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¿Cómo vivió su trabajo en la
legislatura? (por este motivo estuvo cuatro años alejado de las
tablas, ya que cumplió con la promesa de no actuar mientras fuese
legislador)
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Tuve ataques de pánico. Me peleaba mucho en la legislatura
pero salí muy enriquecido. Ahora sigo asesorando a Patricia Walsh
en la parte de cultura
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¿Qué le parece Hernán Lombardi (el
ministro de cultura de Mauricio Macri, jefe de gobierno porteño)?
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Es un publicidad no tradicional (P.N.T), no sé que hace ahí.
La charla política avanza y el actor dice que este
capitalismo de mierda nos abastece y patrocina. Parece dolido
por el actual sistema en el que vive y sobre su trabajo en
televisión dice: Cuando en el 98 hacía gasoleros y Adrián (Suar)
metía los camioncitos de las casas de electrodomésticos o la
mermelada del presidente de la asociación de empresarios argentinos,
el señor Pagani, yo decía “por favor ese tarrito de mermelada en mi
escena denlo vuelta y las bolsas de supermercado o electrodomésticos
pónganlas después, si es posible en mis escenas no distraigamos al
espectador con esta P.N.T (publicidad no tradicional)”. Y se
me respetó. Hoy ya no. Es lo único que los actores no lograron
resolver en la paritaria (no se hacía desde 1975),
resolvieron todo menos la P.N.T.
Respetemos la ficción, no jodamos. Exagerando un poco podríamos
decir que hoy la función del actor es la de un ser humano al
servicio de un producto de consumo. El capitalismo no se banca la
tanda, no puede esperar la tanda. Aparece la voracidad del productor
que quiere ganar más plata.
La conversación retoma los “canales” del teatro y se
emociona y enorgullece cuando habla de Un Hombre Torcido. La
bella, conmovedora y profunda obra que cuenta de modo muy particular
la historia de 1.500.000 de Armenios asesinados entre 1915 y 1923
(ver “así lo vimos -mirando teatro-“).
Bidonde se para, extiende su mano cordialmente y da
por finalizada la nota. Papa es bueno y en casa es divertido y
como actor es increíble y la última obra que hizo la fui a ver dos
veces, dice la nena de 11 años, el pelo lacio y largo y la
sonrisa pícara. El actor y su mujer la miran “babosos” y coinciden ¿viste
lo que es? ¿No son las dos hermosas? Finaliza el actor.
La imagen se hace bella cuando los 6 (Bidonde, su mujer, su hija y
los tres perros) salen caminando por la calle Nicolás Repetto y
pasean por el barrio de La Paternal. Y claro, como negarse a
semejante paseo…
Diego Segura
diegosegura@actoresonline.com
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