Seguinos en

 

 

 
Todas las noticias del mundo del espectaculoCursos, talleres y servicios para actoresCartelera de castingCartelera teatral con descuentoEstrenos de la semana y comentariosPRODUCTORAS - CASTINERAS - REPRESENTANTESScouting y casting de talentosTarjeta de beneficios para usuarios de Actoresonline.comQuienes hacemos Actoresonline.com?Dejanos tu comentario o inquietud

Podes agregar ActoresOnLine como tu pagina de Inicio, para enterarte primero de los últimos casting

 

                               

 

 

El mismo baile

 

No hay forma de que algo cambie en la televisión, aunque se ocupen de ella notorias "plumas" y también muchos de nosotros. Aspiramos a un cambio de postura ante el telespectador y no a que cambie sus contenidos porque es un negocio ya pautado para algunos pocos. A partir de esta conciencia que los telespectadores y comentaristas tenemos, es bueno decir que la "cuestión de postura" tiene que ver con los modales y el vocabulario. Un poco menos de grosería.

Desde la mañana las palabras más vulgares están en boca de los conductores televisivos, con excepción de los noticieros cuyas caras visibles muestran compostura. Nadie pide lo mismo para el entretenimiento, pero sí un poco más de moderación en el lenguaje.

Por otro lado, ocurre algo similar con las escenas que se transmiten tanto como promoción de programas como en el contenido de los programas en sí.

Un caso más que reciente es el El hombre que volvió de la Muerte, ficción que emite canal 13 los miércoles a las 22. Ya no dan ganas de mirarla más. Sabemos que, indefectiblemente, habrá un "masacrado" por miércoles y con lujos de detalles, más que desagradables para los telespectadores. Es una ficción sin nervio, sin "pathos" (oh, los griegos, cuánta razón tenían!!!), con personajes lineales, sin desarrollo interior. Es decir, sólo se nota el odio, según el guión, y no un "odio desde adentro", no sé si soy clara. Hay rencores pero también, de guión. Da la impresión de que se cumple con una "rutina actoral" y no con personajes semiendiablados que deben sacar de sí todo lo peor. Es una pena, tanto esfuerzo concretado en escenas truculentas. Uno se había hecho la ilusión de "sufrir" suspenso, terror. Pero esto es un cuento de niños donde ni aparece "el cuco Manolo". Nada.

Solo hay que esperar que se destripe a alguien. Una pena que un tema tan especial y fuerte, que tuvo su gloria en nuestra televisión de finales de los 60, pase a ser ahora nada más que un remedo masculino de "Mujeres asesinas", y el punto álgido, el clímax, sean los gritos de un torturado. Lamentable, sobre todo si nos atenemos al pasado reciente de este país.

Una gran oportunidad desperdiciada en favor del morbo.

Elsa Bragato