FRAUDE EMOTIVO
Si algo faltaba en Gran Hermano 5 es el engaño fácil a los
participantes de esta nueva edición que esperamos con ansiedad sea
la última. Ahora a la producción se le ocurrió inventar un Gran
Hermano Paraguay que, lejos de ser auténtico, es un fraude, está
armado aquí, cerquita de la casa de Gran Hermano 5 en Martínez y sus
“participantes” son extras.
A esta gente que participa de la “experiencia” de estar aislado,
conviviendo como puede, y sacándose los ojos, sin hacer nada que
valga la pena como sillas y mesitas para escuelas o pizzas para
comedores (tareas que sí hicieron los “elencos” anteriores), se los
puso en “comunicación vía satélite” con la casa GH Paraguay y se lo
creyeron.
A tal punto que uno de los participantes se siente muy atraído por
la argentina que, según el guión de esta flagrante mentira, dice
estar en el Paraguay y le envió un saludo especial. Este pobre
hombre ha hablado con la “voz” de GH para enviarle una carta, en la
realización de la misma se vio sus escasos conocimientos de
gramática y de ortografía, y su intención es que eso le llegue a
manos de aquella joven mujer. Está convencido de que está viviendo
una experiencia internacional. Algo que ya manifestaron otros
integrantes de GH5.
Nos parece que, si ya era suficiente con agrupar a gente elegida por
casting, mantenerlas encerradas como conejitos de india, someterlas
a la tortura de dormir durante pocas horas como una de las tareas
(no se les ocurre otra cosa a los productores?), escuchar y ver
palabras y poses indecentes, indecentes porque pertenecen a la
privacidad y no a la televisión que es pública, expresiones soeces,
gestos escatológicos, el agregarle una mentira y encima llevarlos al
“confesionario” para que expresen qué sienten ante esta
“internacionalidad” que ha tomado el ciclo, es un fraude espiritual
más indecente todavía que cualquier otra realizada por los
participantes.
O sea que, con Gran Hermano, asistimos al fenómeno de la “tortura”
psicológica, las órdenes de un “dios” de linda voz, una suerte de
campo de concentración televisivo en el que ahora se incorpora (la
delación ya está) el fraude emotivo, emocional, afectivo,
sentimental.
Todo por un punto de rating que no consiguieron. Porque subir de 16
y pico a un promedio de 18 y pico no resultó ganador en nada y sí,
en cambio, el público, el telespectador, sigue padeciendo la falta
de creatividad, la tontería, la burla cotidiana, lo soez y lo mendaz
como “pago” por el rating. Ni siquiera las fiestas temáticas de los
sábados dan que hablar. Son de una pobreza típica del “todo por dos
pesos”, lamentable, espantoso, con el objetivo de que las hormonas
exploten y se armen parejas (como está sucediendo) y tengan sexo
frente a todos . Sí, algo hubo, pero bien a escondidas. ¡Ni ésta les
salió bien a los productores!!!!
Los “realizadores” de Gran Hermano 5 deben tomar conciencia de que
“ya fue”, como dicen los chicos. De que esto no da para más. Y que
la gallinita de los huevos de oro se fugó porque no soportó tanta
miserabilidad. Vamos, muchachos! A ganarse el pan como el resto de
los argentinos! Ya se llenaron los bolsillos!!!!!
Elsa Bragato (APTRA, Asoc. Críticos Cine, Premios Gardel)
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