NUEVOS MESÍAS MEDIÁTICOS, ELEGIDOS PARA LA HUMILLACIÓN PÚBLICA: GRAN
HERMANO 07
O LA
GRAN BURLA A LAS RELIGIONES MONOTEÍSTAS
Por Elsa Bragato
Empecemos a desmenuzar lo que
vemos. No nos interesa saber cómo está hecha la casa, cómo fue la
selección (sería útil), sino simplemente lo que recibimos en nuestro
living como nuevo programa de televisión, en este caso, Gran Hermano
07.
l) tenemos un formato
televisivo (una casa, escenografía, etcétera) y luego un contenido
(18 participantes elegidos en casting, con leves diferencias
sociales económicas, y acentuadas diferencias culturales y orígenes).
2) este formato y este
contenido ingresan a la pantalla de la televisión, esto
significa rating, inversión de spònsors, facturación a favor del
canal que lo pone en pantalla.
3) se produce un primer
fenómeno social: la curiosidad hasta morbosa del
telespectador, la adicción por ver qué pasa con esos 9 hombres y 9
mujeres dispuestos a ganar 100.000 pesos, poco dinero si tenemos en
cuenta que ponen en juego sus reputaciones y cierto equilibrio
psicofísico. Y mucho dinero para unos pocos que lograrán la fama
efímera. Aquélla de los 15 segundos. Esa curiosidad, volviendo al
primer tópico expuesto en este tercer punto, tiene que ver con una
actitud natural del ser humano, bien lo explicó Chiche Gelblung,
mirar cómo se mueven seres supuestamente como uno, dado que ya
sabemos hasta con qué bombacha se acuesta fulana de tal o quién
toqueteó a otra semifamosa. Estos están descartados. Ahora viene lo
“novedoso”: tratar de vernos reflejados en seres comunes.
4) continúa expandiéndose
la sobreexposición ante cámara: se suma una señal de cable las
24 horas del día, para que la curiosidad sea máxima en el espectador.
Y se marca bien la diferencia: esa sobrexposición y esa tremenda
notoriedad jamás la han tenido los grandes artistas de cualquier
género. No nos olvidemos: la televisión es “buena”, se preocupa por
los que necesitan. Ojo con esto…
5) Empezamos a “intimar”
con los nuevos “actores” un reality que solo, por lo que se muestra
en cámara, nos deja miserias humanas y un hundimiento espiritual
atroz apenas pasamos 20 minutos frente al televisor. Comprendemos
que no hay lenguaje, no hay códigos básicos, que la conducta es
menos que mínima para poder sobrevivir en la sociedad, y que hay
vocación “selvática”: matar al otro, al compañero de
juegos, tratarlo como una presa a fagocitar lo más rápido posible;
vamos, que la traición es la esencia del “juego” o bien una gran
“picadora de carne”, vestida de seda!!!!!!
6) Las conversaciones son
de extrema pobreza. El lenguaje es un lunfardo nocturno y
marginal, propio de quienes son habitués de la noche de cualquier
ciudad argentina. No los hace ni más malos ni más buenos, pero
tienen códigos que el 90 por ciento de los espectadores no conocen.
Ese código nocturno es diferente al de los adictos a los mensajes de
textos. Estamos siendo nosotros, espectadores, presas de una nueva
adicción: la fama de los otros. Empezamos a notar cierto
atontamiento en nosotros mismos. “boludo, traéme ese papel, boludo”.
“Boludo, dáme un cigarrillo, boludo”, como tantas otras frases…
iguales.
7) el juego va creciendo.
Empiezan a votarse en secreto para que algunos de ellos (para
burlarse de ciertas religiones, inventaron hace años un
“confesionario” donde los atiende “una voz” que sería un supuesto
“Dios” porque, también, lo ve todo), a los que miran a la cara,
sean expulsados luego por el público, otra vez rehén de lo que ve.
“Usted es el responsible, vos sos el responsable. Los chicos ya
votaron. Ahora vos elegís quién se queda o quién se va. Acordáte,
sos vos el responsable”: nosotros, que empezamos a generarles
rating y posibilidad de crecimiento a un canal de televisión por
aire, somos los responsables de quién s e va y se pierde tanto la
fama efímera como alguna que otra oportunidad de hacer “bolos” en
televisión o hasta de ganarse el premio final, esos pesos que no son
nada. Nada para una industria que factura miles de millones por año.
8) Veamos: un habla
marginal en un lunfardo porteño de la noche; actitudes de
convivencia solapadas; traiciones disimuladas en conversaciones
que no tienen ninguna sinceridad, sacar del grupo a los de
personalidad definida, complotar para que sean votados por el
resto.
9) Quiénes han ido saliendo
hasta ahora de Gran Hermano? Los de personalidad definida, como
acabamos de decir, los más sanos espiritualmente, las chicas que no
se acomodan a cualquier varón, las que no cuentan sus intimidades, o
bien las que, por creer que están rodeadas de personas sinceras,
hablan de actitudes de los demás. Caen en la trampa que el Gran
Hermano (un reconocido actor y locutor esta vez) les ha tendido:
hacerles creer que todo se puede hablar, que todos son buenos, y
hacerlos olvidar de que el juego es la traición!!!!! Gran Hermano
no es una familia, pero se han encargado bien de hacerles creer,
luego de más de un mes (según contaron las mismas participantes
expulsadas) de tests psicológicos, que ingresarián a un lugar
especial rodeados de personas como ellos. Cómo no sentirse en
familia?
10) Dónde van quienes
salen? A los programas de los diferentes canales, con
participación especial en el canal que emite Gran Hermano 07.
Debates, quizás lo más interesante y lo que menos rating tiene,
galas de expulsión como si fuesen las galas de un gran teatro,
humillación más que pública al poner una y otra vez frente a la cara
de los expulsados por “el público” las charlas de sus ex compañeros
donde complotaban contra ellos.
11) Quién es el gran
culpable de que alguien sea expulsado? El telespectador. Se nos
hace creer que “se nos tiene en cuenta” para algo, que no somos
receptores pasivos. Que somos importantes para los “capos” de la
tele. Una mentira más grande que el universo mismo.
12) Qué pasa con los
mensajes que se envían? Tienen un costo para quien los envía y
esto representa millones de pesos (sumándolos todos, por cierto).
Nosotros, los culpables de los que son expulsados, los
telespectadores rehenes, además generamos millones que van a parar
al bolsillo de unos pocos!!!!!!!!!!! Eso sí, la “generosidad” de la
producción es envidiable: a los “nuevos mesías” les darían 200 pesos
por semana de “estada” en la casa, según los rumores, cuando son
expulsados. Menos que una jubilación mínima, como para que se
compren un sandwich de mortadela un par de semanas, y engañen el
hambre real que tienen.
En cada país (el formato es
holandés), Gran Hermano toma las características propias del lugar.
La falta de ideas de la producción en nuestro país es notable.
Y esto se suma a la actitud pueril y nihilista de los elegidos: no
toman un libro ni por casualidad (aún teniendo niveles
universitarios), se dedican a los chismes, a dormir mañana, tarde y
noche; a tirarse a la pileta, a pedir cremas, test para embarazos, a
toquetearse, a hablar pavadas propias de preadolescentes, a
autocalificarse de “putas”, o de “santurronas” otras. Machismo
exacerbado, masturbación mental de varios. Todo vale.
A la producción no se le ha
ocurrido nada como un juego de destreza mental, nada. Salvo esta
semana: cocinar galletitas para un comedor merendero, de chicos muy
pobres de Monte Chingolo. Algo es algo (y otro negocio formidable,
sin duda, para la marca de leche chocolatada y el canal que emite
GH, si no, por amor, esto no se hace).
O sea, la producción no es
mala como dirección de arte. No. Es mala por falta de ideas. Pobre,
decadente, sin creatividad.
Las pruebas que les han puesto
a estos “elegidos”, o “mesías mediáticos”, son estùpidas:
saltar la soga, probar con un carrito hasta dónde son capaces de
empujarlo, dormir pocas horas durante cuatro días con el juego
psicológico de que, al saberlo (venían durmiendo poco en este caso),
les actuará en contra. Qué sadismo por favor!!!!!!!!!!
Síntetizando:
perdedores, el público como final responsable, sadismo, humillación
pública, traición, exposición de la vida privada sin que se enteren
los “de la casa”; o sea, carne de cañón porque la televisión siempre
necesita “carne fresca”. Hay que renovar planteles de nuevas
estrellitas dispuestas a todo. Todos quieren fama, están contentos
por eso. El costo será muy alto. Pero es la televisión privada la
que nos regala tantas linduras, mientras nos hace responsables del
destino de los perdedores y encima nos saca plata del bolsillo con
cada mensaje de texto que mandamos para… expulsar a los votados.
Perejiles famosos, mesías
mediáticos, y nosotros, tontos y retontos que no somos capaces de
hacer un piquete, con razón y en paz, para que la televisión esté en
manos dignas.
Elsa Bragato
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