8/08/2008
LA
TELEVISIÓN DE LA SEMANA
Por Elsa Bragato
Pensaba editorializar sobre el corte de manzana que
volvió a la televisión porteña a través de La noche
del Domingo, por canal 9, con Gerardo Sofovich.
Pensaba decir que había sido una semana “trágica”
para nuestra televisión por los escándalos desatados
a raíz de un enfrentamiento “virtual” entre
Pettinato y el productor de Duro de Domar, canal 13,
programa diario de las 19 horas.
Y cómo el tema había tenido una multigestación en
otros programas a los que el mismo Pettinato
recurrió. Nos pareció, hasta el jueves 7 de agosto
pasado, una televisión vergonzante. Amenazas, falta
de decoro ante cámaras en la forma de hablar, temas
que no le importan a nadie y que están manejados
para prensa, para difusión, con la inclusión de las
ex o no ex novias de la Tota Santillán, y un montón
de jóvenes y hermosas mujeres deseosas de tapas y
trabajo.
Es decir, pensaba que era esto y nada más lo que
teníamos. Y que, definitivamente, si es eso nada
más, la televisión porteña merece ser tirada a la
basura ya.
Pero llegó el viernes 8 y vi la maravillosa apertura
de los juegos olímpicos, 2008 coreutas, 2008
ejecutantes de un ancestral tambor , una recreación
de la historia y el aporte a la humanidad de
diferentes descubrimientos chinos (lástima que no se
incluyó a la pasta que Marco Polo trajo de China,
tal vez no sea china…). Vi el respeto por la
historia, modales refinados dentro de un común
denominador, una magnificencia oriental que
desconocemos en occidente, nada habrá que se compare
a esta apertura de Juegos Olímpicos, habrá aperturas
más elegantes, más frenéticas, más extensas, más
explosivas, pero la conjunción de estética y de
eficiencia, no podrán ser superados. Allí hay
trabajo, hay rigor por ofrecer lo mejor. Con el
agregado de un final maravilloso: un cantante chino
muy popular (desconocido para nosotros) y la
maravillosa voz de la inglesa Sara Brighton, esposa
de A. L. Webber, juntos, sobre un globo terráqueo.
Es decir, la unión de un chino con una ex inglesa
imperialista, sobrepasando todas las barreras de la
confrontación, habida cuenta de que Hong Kong tuvo
el yugo británico durante muchísimo tiempo.
Y, más que nunca, luego de ver esta apertura, hoy
tengo la convicción de que nuestra televisión
porteña merece ser tirada a la basura. No buscamos
los telespectadores lo que nos dan, las rencillas de
sábanas, ni la sobreexposición de nadie. Nos dan lo
que les reditúa a ellos, a los que están dentro de
la “caja boba” y que nosotros, si queremos,
consumimos. Nos han achatado las neuronas, nos hacen
creer que nos gusta, y, en realidad, la programación
de los cuatro canales privados, es una verdadera
basura que no aporta nada. Solo escuché amenazas de
hábiles extorsionadores de hechos inventados o
“producidos”, deditos amenazadores, lenguaje vulgar,
“sos botón”, “te espero donde quieras”. Una basura
total. Lamento tener que expresarme así. Pero siento
vergüenza ajena, siento que no nos merecemos lo que
nos dan, siento que este circuito cerrado que es la
televisión abierta algún día se tiene que terminar.
No nos merecemos esta vulgaridad. Somos capaces ,
todavía y eso espero, de hacer algo mejor, no como
lo fue la apertura de los Juegos Olímpicos. Pero
algo mejor, que demuestre que todavía nos quedan
neuronas sanas. Si esto sigue así, tiremos a la
basura esta televisión que es solo para unos pocos
vulgares.
Elsa Bragato
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