20/08/2009
La noche de los
Martín Fierro
Comentario de Elsa Bragato
Pocas premiaciones han tenido tantos obstáculos como los premios Martín Fierro, incluso por periodistas que alguna vez pertenecieron a APTRA y decidieron renunciar cuando perdieron elecciones internas, como pasó entre 1988-1989, algo que no suelen comentar aún siendo “dueños” de varias horas de programación diarias. Son los mismos que vienen intentando desprestigiar a una entidad de gente del espectáculo que se esfuerza por hacer cada año mejor la votación y, por consiguiente, el premio. Critican hasta la puesta en el aire, cuando es uno de los eventos más difíciles de llevar a cabo en vivo. Con sus más y sus menos, se logra, y siempre se alcanza un rating que mejora el promedio general del rating del canal emisor.
A pesar de esto, este año los Martín Fierro tuvieron el brillo que les correspondía, con premios incuestionables, que surgieron de la producción de televisión y radio del 2008. Dentro de este contexto, hubo que nominar y finalmente elegir un ganador. Todo ha sido justo, algunos pueden decir que “obvio”, pero es lo que hubo en pantalla en el 2008. Repasemos juntos: un canal 13 encerrado en sus productos, o sea entre Pol-ka e Ideas del Sur, y un par de amigos productores. Poca creatividad, más de lo mismo, y noticieros que van en picada por los informes especiales que no aportan más que La Liga o algún ciclo similar. Muchos de estos informes habrían correspondido a “entripados” del grupo empresarial que lidera a El Trece. Además de que el noticiero Telenoche baja línea en forma constante, sus conductores, por más avezados que sean, Santo Biasatti y María Laura Santillán, se han robotizado, han perdido la espontaneidad propia del periodista. Son conductores que leen el material que les proporciona la redacción. Nada más.
En cambio, si miramos los esfuerzos de Telefé, con producciones propias de tarde y noche, la cosa cambia. Ha habido inversión e inquietud creativa. Han tenido errores y aciertos, observamos que no están “fosilizados” o cerrados en un círculo áulico como ocurre en El Trece, aquel maravilloso Canal 13 creado por Goar Mestre del que éste no es ni un pálido reflejo.
Por el lado de canal 9, mucho no se puede esperar: está en manos de un empresario mexicano que pasa todos los enlatados que puede. Y mecha con un programa de chimentos, un repaso de la televisión del día, los noticieros y algo los sábados que salva Ari Paluch con interesantes reportajes. No mucho más.
Por el lado de canal 7, durante el período de Rosario Lufrano, se vivió un gran despegue artístico, de contenidos, y se están disfrutando los frutos de ese esfuerzo. Cada vez más programas de canal 7 están nominados, y no los de carácter político o que bajen línea sino aquéllos de producción artística.
Finalmente, América 2 está plagada de contenidos que no aportan más que dolores de cabeza a terceros pero, a la noche, pone lo mejor en el aire, y es el caso de la ficción y de los programas con buenos conductores, en vivo. Y sus noticieros son creíbles, con buenos conductores-periodistas, ágiles, repentistas. Todos están paladeando los frutos del éxito.
Los premios de APTRA a la producción del 2008 de radio y televisión fueron justos, tal vez para muchos obvios, pero era lo de esperar dentro del contexto “producción 2008”, algo que no hay que olvidar a la hora de evaluar la votación de los socios. El servicio del salón fue excelente y la conducción de Guillermo Andino y de Mariana Fabiannifue de las mejores que se tuvo, gente que conoce el medio, que sabe manejarse con soltura y frescura frente a las cámaras. Estamos muy conformes. Pudimos compartir la noche más importante para la televisión y la radio argentinas (con importantes y notorios ganadores también, desde El oro y el Moro, hasta Alejandro Apo, y La Oral deportiva, entre otros ciclos) y más que nunca hemos disfrutado de premios justos, sin desbandes ni ideologías. A algunos les gustará más, a otros menos. Y esto también es más que justo.
Elsa Bragato
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