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     (25/08/2020) 
		
               
     
      El Complejo Teatral de Buenos 
	Aires presenta el montaje de la emblemática obra de Henrik Ibsen, realizado 
	en 2001 por Alejandra Ciurlanti. 
  
	El Ministerio de 
	Cultura, a través del Complejo Teatral de Buenos Aires, informa que desde el 
	sábado 29 de agosto a las 20, se ofrecerá a través de las plataformas 
	Cultura en Casa y la web del Complejo Teatral de Buenos Aires, Casa de 
	muñecas, de Henrik Ibsen y con dirección de Alejandra Ciurlanti, pieza 
	estrenada durante la temporada 2001 en la sala Cunill Cabanellas, y que 
	forma parte del archivo histórico del Teatro San Martín. 
	 
	El elenco está integrado por Alejandro Awada, Mara Bestelli, Gabo Correa, 
	Carolina Fal y Luis Machín. La dramaturgia estuvo a cargo de Ignacio Apolo, 
	la música es de Nicolás Posse Molina, la iluminación de Jorge Pastorino, el 
	vestuario de Mini Zuccheri y la escenografía de Alberto Negrín. 
  
	Casa de muñecas, 
	concebida por el dramaturgo y poeta noruego Henrik Ibsen (1828-1906), es el 
	símbolo del atrevimiento femenino, sobre todo en tiempos en que la moral 
	social y religiosa condenaba las pulsiones de las casadas. La obra, escrita 
	en Alemania, se publicó en Copenhague en 1879 y fue estrenada en un teatro 
	de Cristianía (Oslo) el 20 de enero de 1880.  
	Allí y en otros 
	escenarios generó fuertes polémicas, básicamente por su encendido final. 
	Sucede que, a diferencia de algunos célebres personajes femeninos creados 
	por otros dramaturgos en otras épocas y lugares, Nora desafía las reglas que 
	la sociedad de su tiempo le inculcó sin tomar el camino de la 
	autodestrucción. 
	 
	Sobre la obra 
                   
	De «Casa de muñecas» se han hecho las más diversas adaptaciones. En esta 
	puesta en escena 
	destaco que las personas hacemos lo que podemos para tratar de comunicarnos 
	con el otro. Ibsen habla de una mujer con la que se comete una injusticia; 
	esa lectura observada en la actualidad puede entenderse como una excusa del 
	autor para referirse a los derechos humanos. El individualismo, hoy, está 
	más acentuado que en aquel momento de su estreno. Los códigos sociales han 
	cambiado tanto que resulta difícil para el hombre y la mujer poder 
	relacionarse. La intención fue exacerbar el comportamiento psicológico de 
	los personajes: la mujer y el hombre, o la otra pareja de la pieza, se hacen 
	mutuos ajustes de cuenta. A través de esas situaciones puede 
	verse lo que han hecho bien y lo que han hecho mal respecto de los vínculos 
	que los unen. 
	Fuente: Prensa 
	CTBA 
		
    
		
    
    
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