El poeta Juan Gelman, que a lo largo de
su vida conjugó la prosa con la vocación revolucionaria y la
búsqueda de justicia por sus hijos y nuera desaparecidos, murió
este martes a los 83 años.
El escritor, ganador del premio Cervantes
en 2007 y autor de más de treinta libros, se encontraba en su
casa de la Ciudad de México en la que vivía hace más de 20 años
y desde donde escribía una columna semanal para el matutino
Página/12.
Incansable militante por los derechos
humanos, en 1955 fue uno de los fundadores del grupo de poetas
El pan duro, integrado por militantes comunistas que proponían
una poesía comprometida y popular y actuaban cooperativamente
para publicar y difundir sus trabajos.
En 1966 comenzó a trabajar como
periodista y se desempeñó en medios como Panorama, La Opinión,
Crisis y Noticias.
En 1967, durante la dictadura militar
autodenominada Revolución Argentina se integró a las Fuerzas
Armadas Revolucionarias (FAR). A fines de 1973 pasó a integrar
la organización guerrillera Montoneros, a raíz de la fusión de
ambas.
En 1975, se encontraba en el exterior para hacer relaciones
públicas y denunciar internacionalmente la violación de derechos
humanos en la Argentina, y salvo una breve entrada clandestina
al país en 1976, Gelman permaneció exiliado en el exterior
residiendo alternativamente en Roma, Madrid, Managua, París,
Nueva York y México y trabajando como traductor de la Unesco.
Ganador de innumerables y grandes premios literarios como el
Cervantes, el Boris Vian y el Pablo Neruda, el escritor sufrió
la desaparición de su hija Nora Eva, de su hijo Marcelo Ariel y
de su nuera María Claudia Iruretagoyena.
El 7 de enero de 1990 el Equipo Argentino de Antropología
Forense identificó los restos de su hijo Marcelo, encontrados en
un río del partido bonaerense de San Fernando, dentro de un
tambor de grasa lleno de cemento. La autopsia determinó también
que había sido asesinado de un tiro en la nuca.
En 1998, Gelman descubrió que su hija había sido trasladada a
Uruguay a través del denominado Plan Cóndor, que vinculaba a las
dictaduras sudamericanas y Estados Unidos, y que había sido
mantenida con vida al menos hasta dar a luz a una niña en el
Hospital Militar de Montevideo.
A raíz de ello, comenzó una incansable lucha donde exigió la
colaboración de los estados argentino y uruguayo en la
investigación con el fin de hallar a su nieta. Gelman topó con
la oposición a investigar del presidente de Uruguay Julio María
Sanguinetti, con quien entabló un debate público en el que
volvió a ser apoyado por destacados intelectuales y artistas
como Günter Grass, Joan Manuel Serrat, Darío Fo, José Saramago y
Fito Páez.
En el año 2000, al mes de asumir el nuevo presidente de Uruguay,
Jorge Batlle, la nieta de Gelman, de nombre Andrea ("Andreíta",
como la menciona el poeta en varios de sus escritos) fue
encontrada y Gelman pudo reunirse con ella. Luego de verificar
su identidad, la joven decidió tomar los apellidos de sus
verdaderos padres, para llamarse María Macarena Gelman García.
(Fuente: Telam/Infobae)