El diario
Ambito
Financiero
publicó la
entrevista
realizada a
Cristina
Bustamante,
la mujer que
fue novia de
Luis Alberto
Spinetta
cuando ambos
tenían 17
años y la
musa
inspiradora
de "Muchacha
ojos de
papel". Hoy
es profesora
de español
en Los
Angeles y
tiene dos
nietos.
Transcribimos
textualmente
la nota
del
periodista
Sergio
Dattilo:
"Hablé
por teléfono
con Luis en
octubre, y
me contó que
estaba muy
enfermo. Yo
antes le
había
mandado un
mail y él,
en su estilo
críptico de
toda la
vida, me lo
contestó y
me pareció
que algo
andaba mal.
Lo llamé y
me confirmó
que estaba
muy enfermo,
pero me dijo
algo que me
conmovió:
Estoy
preparado
para esto,
vengo
preparándome
toda la vida
para este
momento, y
yo ya dije
todo lo que
tenía que
decir"
Conmovida
hasta el
llanto,
Cristina
Bustamante
habló con
este diario
de quien fue
-según
relata- «el
primero de
mi vida en
muchísimas
cosas».
Cristina,
(Cris), fue
la novia de
la
adolescencia
de Luis
Alberto
Spinetta, la
que inspiró
«Muchacha
ojos de
papel», ese
himno que
cantan
chicos cuyos
padres aún
no habían
nacido
cuando estos
dos jóvenes
de 17 años
se unieron.
«Tengo un
dolor
enorme,
estoy rota
por dentro.
Luis fue el
gran amor de
mi vida;
hace algunos
años, de
visita en
Buenos
Aires, una
amiga me
dijo Andate
tranquila
que acá te
cuidamos la
adolescencia.
Con la
muerte de
Luis, se
muere toda
una etapa de
mi vida...».
Cristina
partió de la
Argentina en
1978; vivió
siete años
en
Venezuela,
otros veinte
en Boston y
desde
entonces
está en Los
Ángeles; es
profesora de
español en
una
exclusivísima
secundaria
de Santa
Monica a la
que
concurren
hijos de
celebridades
de
Hollywood.
La «Muchacha
ojos de
papel» es
una bella
abuela de
dos nietos
que le dio
su hija
Celeste.
Alguna vez,
ya separada
de su primer
marido y
hace una
vida, este
periodista
la chicaneó:
«¿Estás
segura de
que sos vos
la muchacha
de la
canción del
Flaco?»
Ella,
filosa,
respondió:
«Qué te
pasa,
querido: yo
incluso
ayudé a
darle forma
a la versión
definitiva
de la
letra».
Ayer,
conmovida
por la
muerte de
quien para
millones de
amantes de
su arte fue
el más
grande
músico-poeta
argentino de
todos los
tiempos (ver
Espectáculos),
y para ella
su primer
amor,
modifica la
versión: «En
realidad yo
hice un solo
cambio; en
el original
Luis había
puesto senos
de miel, y
yo le dije
que eso
parecía un
catálogo de
corpiños...
Estuvimos de
acuerdo en
que pechos
quedaba
mejor».
Reprimiendo
en vano el
llanto,
agrega: «Yo
nunca me di
crédito por
Muchacha...
fue todo de
Luis; el
arte fluía a
través de
él». El
periodista
trata de
convencerla
de que
muchas veces
la musa es
tan
importante
como el
poeta. En
vano. «La
única letra
que escribí
para
Almendra fue
un tema,
Chocolate,
pero creo
que nunca se
grabó».
Almendra -Spinetta,
Edelmiro
Molinari,
Rodolfo
García,
Emilio del
Guercio-
estrenaron
el tema más
cantado y
recordado de
la historia
del rock
argentino un
viernes a la
noche en el
teatro
Coliseo, en
1969. Era el
tiempo en
que el rock
en
castellano
trataba de
abrirse paso
y el influjo
del «flower
power»
californiano
intentaba
hacer pie en
Buenos
Aires.
La poesía de
esa canción
aparentemente
simple
(cuatro
voces, una
guitarra
acústica,
casi un «unplugged»
como se lo
llamaría
décadas más
tarde), pero
complejísima
en las
armonías
vocales de
los cuatro
integrantes
del grupo
paralizó a
los 1.500
privilegiados
que
asistieron a
ese pequeño
milagro.
Desde ese
momento, la
historia de
la música
local cambió
para
siempre.
Antes de esa
noche Cris
recuerda que
Luis y ella
se abrazaban
en la cocina
de la casa
de sus
padres (la
portería del
edificio
donde vivía
Del Guercio)
para
escuchar «la
media hora
de los
Beatles de
Modart en la
noche», uno
de los
programas
más
populares de
la época.
Los dos
cursaban el
quinto año
de
secundario.
«Escuchábamos
a los
Beatles y
dibujábamos;
los tres
dibujábamos
bien: Luis,
Emilio y yo.
Y como yo
sabía inglés
y Luis no
tanto, le
traducía los
temas de los
Beatles;
para él era
una especie
de heroína
del inglés».
El padre de
Cris, «con
su ética de
clase
trabajadora,
de encargado
de edificio,
no estaba
para nada
contento de
que su nena
saliera con
un pibe de
pelo largo.
Pero después
lo amó...».
¿Cómo era el
«Flaco» en
su relación
con ella?
«Luis era
miel pura, y
no sólo
conmigo.
Hace unos
tres años,
creo que en
2008, estaba
en Buenos
Aires
tomando un
café con él
y lo llamó
Mercedes, su
pareja
actual. Lo
escuché
hablar por
teléfono con
ella y me
estremeció:
abría la
boca y de
ella sólo
salía
poesía».
En esa
charla
telefónica
en la que
Cris se
enteró de la
grave
enfermedad
de Spinetta,
ella le
recomendó
hacer
meditación:
un músico de
jazz,
maestro de
su actual
esposo (un
músico
estadounidense)
también
enfermó de
cáncer y se
volcó al
misticismo
oriental. El
«Flaco»
respondió
con la frase
que cuenta
Cris: «Me
preparé toda
la vida para
este
momento».
Ella está
convencida
de que «la
filosofía
fue la
herramienta
que le
permitió
irse
tranquilo.
Esa vez, que
fue la
última vez
que charlé
con él, lo
escuché en
absoluta paz
consigo,
tranquilo,
fuerte para
enfrentar lo
que venía».
Cuando hace
algún
tiempo, y
gracias a la
red social,
Cris y este
periodista
retomaron
una amistad
que había
quedado
trunca hace
más de tres
décadas,
ella le
confesó que
la única
razón que
podría
traerla de
visita a
Buenos Aires
era verlo a
Luis. «Ya no
tengo
familia, y
me quedan
pocos amigos
ahí. Si voy
es para
verlo a
Luis».
La historia
de amor duró
tres años;
la letra de
«Muchacha...»
obviamente
habla de la
primera
relación
sexual del
músico con
su musa.
Después cada
uno siguió
su camino,
pero el
vínculo que
los unió (no
sólo el
musical) los
mantuvo
cerca pese a
la distancia
física que
los separó.
Hacia el
final de la
charla, Cris
estalla en
llanto:
«Luis no era
una persona
religiosa;
ninguna de
sus letras
habla de
Dios, pero
desde chico
estudió
filosofía y
estoy segura
de que fue
eso lo que
lo preparó
para la
muerte. Y
pese a ser
agnóstico,
estoy segura
de que John
y George van
a estar
esperándolo
donde quiera
que vaya su
alma».
(Fuente: Ámbito Financiero)