(4/10/2025)
Por Julio Bonardo
El 4 de octubre de 1975
fallecía en Buenos Aires Pepe Biondi, uno de los cómicos más populares y
queridos de la televisión argentina. Su recuerdo, cinco décadas después,
sigue intacto en varias generaciones que crecieron riendo con sus caídas,
tropiezos y su inconfundible estilo de humor físico.
Nacido en 1909, Biondi se formó desde muy joven en el circo, un ámbito que
marcaría para siempre su carrera. Allí aprendió acrobacias de la mano de un
payaso que, según él mismo relató, lo “educaba” a golpes.
Su llegada a la televisión en los años sesenta lo catapultó a la fama masiva.
Con “Viendo a Biondi”, programa emitido por Canal 13, alcanzó cifras récord:
62,2 puntos de rating, una marca que aún hoy resulta difícil de imaginar. Su
humor, basado en gags visuales, gestos exagerados y personajes entrañables,
conquistó a chicos y grandes, convirtiéndose en un clásico familiar de la
pantalla chica.
La vida del artista también tuvo capítulos de riesgo y dramatismo. Durante
una gira por Cuba, en plena efervescencia revolucionaria, fue detenido y
secuestrado por cuestiones políticas. Tras semanas de tensión pudo regresar
a la Argentina, donde retomó su carrera hasta sus últimos años.
Pepe Biondi murió a los 66 años, dejando un legado que trasciende el paso
del tiempo. Su figura se inscribe en la tradición de grandes cómicos
nacionales, junto a nombres como José Marrone, Carlitos Balá y Alberto
Olmedo. Pero su estilo, mezcla de ternura y torpeza, lo convirtió en un
artista único, recordado por frases como “¡Qué fenómeno!” y por un humor
universal que aún hoy provoca sonrisas.
Cincuenta años después, el homenaje no es solo a un actor y humorista, sino
a un pionero de la televisión que logró, con simpleza y talento, convertirse
en parte de la memoria afectiva de todo un país.
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