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     (1/05/2020) 
    Fuente: Prensa Argentores. 
		
	
		
               
 
	
     La recaudación de Argentores cayó 
    en un 45 por ciento desde el inicio de la pandemia. La entidad, fundada en 
    1910 para defender a los autores de teatro, en la actualidad representa y 
    administra los derechos de dramaturgos, guionistas de radio, cine, 
    televisión y web, coreógrafos y músicos para teatro, y la caída de estos 
    fondos podría ser peor si la cadena de pagos llega a cortarse. 
     
    «Dejamos de recaudar, por supuesto, de las actividades en vivo, es decir, 
    teatro y cine en salas, y de los bares y hoteles (lugares donde haya un 
    televisor). Por otro lado, continuamos recibiendo aportes de televisión 
    abierta, cable, radio y plataformas digitales. Pero si las grandes empresas 
    dejaran de apoyarnos, sería una catástrofe», dice Miguel Ángel Diani, desde 
    2014 presidente de Argentores, sociedad de gestión que reúne a 2500 socios, 
    además de administrar los derechos de unas 25.000 cuentas de autores 
    argentinos y extranjeros cuya obra se presenta en el país. «Hubo empresas de 
    cable que amenazaron con posponer pagos para dentro de unos meses pero, por 
    ahora, eso no ha sucedido y llegamos a un acuerdo. Seria totalmente 
    injustificado que algo así sucediera porque ese consumo no fue afectado por 
    la crisis», dice Diani, guionista de la super exitosa comedia Son de Diez y 
    de obras como Corazón de titanio y La leyenda del poeta .
		
	
		
     
    Por ley 20.115, de 1973, Argentores es la única entidad autorizada para 
    percibir el diez por ciento correspondiente para los autores. Su función es 
    cobrar y liquidar este derecho. Pero también cumple una importante misión 
    como mutual. Los socios (honorarios y activos, que pagan una cuota mensual) 
    tienen varios beneficios como el de contar con medicina prepaga y una 
    pensión para los más grandes. «La mutualidad es nuestra base sólida, nuestro 
    principio, el de acompañar a autores y autoras durante toda su vida», dice 
    su presidente que ahora debe enfrentar una situación inédita. 
     
    La modalidad «a la gorra» 
    Debido a la cuarentena, ya es obvio, son muchos los teatros -tanto oficiales 
    como salas comerciales e independientes- que habilitan obras vía streaming. 
    Si se trata de un servicio pago -«a la gorra» o por un monto fijo-, 
    Argentores cobra su porcentaje como siempre, el diez por ciento del bruto 
    recaudado. Si es gratis, es decisión de los autores autorizar o no la 
    emisión y si se permite, no hay cobro para nadie. 
     
    En el caso de las salas públicas, el Teatro Nacional Cervantes les paga una 
    suma fija de 15.000 pesos a los artistas involucrados en las obras emitidas 
    por ese teatro online ( La terquedad , Tarascones , El hombre que perdió su 
    sombra , ahora La guiada , entre otras). «Tenemos una excelente relación con 
    Sebastián Blutrach (el número dos del TNC, que dirige Rubén D’Audia) que se 
    acercó con esta propuesta para este momento difícil. En lo que respecta a 
    nuestra entidad, es para dramaturgos, músicos y coreógrafos», explica Diani. 
    Consultado Blutrach, detalla que el pago es a todo el equipo artístico y 
    técnico y que se debe no a la emisión de la obra, sino a su participación en 
    la creación de contenidos para el segmento Detrás de escena , uno de los 
    nuevos contenidos junto con Conversaciones del Cervantes online. Para 
    agilizar los pasos administrativos, se depositaron los respectivos pagos 
    directamente en Argentores, por un lado, y en la Asociación Argentina de 
    Actores, por otro. En cuanto al Complejo Teatral de Buenos Aires y al Teatro 
    Colón, que dependen administrativamente de la Ciudad, las conversaciones 
    entre Argentores y el ministro de Cultura porteño, Enrique Avogadro, 
    comenzaron, pero todavía no hay definiciones sobre cómo será la ayuda. 
     
    «Es un momento para ser muy solidarios, para focalizar más en las personas y 
    menos en los negocios, para pensar en el ser humano. Esperemos que la cadena 
    de pagos no se corte, que las grandes empresas paguen porque si no, será muy 
    difícil o imposible sostener a todos los autores que se han quedado sin 
    trabajo», subraya Diani apuntando también al mundo audiovisual: los 
    guionistas de cine y tevé que de un día para el otro no pudieron continuar 
    con sus libros porque las producciones pararon. 
     
    Por esta razón, la Fesaia (Federación de Sociedades de Autores e Intérpretes 
    Audiovisuales), integrada por Argentores, la DAC (directores de cine) y 
    Sagai (interpretaciones de actores y bailarines) pidió a los canales de 
    televisión abierta y de cable que programen series, películas o telenovelas 
    «viejas». Es decir, se les solicitó que repitieran ficciones como única 
    forma para poder cobrar. 
     
    Que es una situación muy compleja, que nadie esperaba ni tenía manual, ya 
    está dicho. 
		
	
		
    
     
    Fuente: 
 
    Argentores / La Nación 
 
		
	
		
     
    
    
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