(12/4/2016)
Recomendado: "Juan Moreira" con
Alberto Ajaka
Sobre original de José Podestá, versión de Claudio Gallardou
"Juan Moreira representa la generación de criollos
perseguidos, maltratados y manipulados. Hijos de madres
nativas y de padres militares de la conquista. Hijos no
deseados, gauchos...seres que con total anarquía creaban sus
propias reglas por no haber aprendido nunca otras.
Manipulados, engañados y depredados. Muchos fueron enviados
a varios frentes de batalla con la consigna de defender a la
patria, la misma patria que nunca los acuñó, que nunca los
defendió. De ahí su rebeldía y su desenfrenada ira contra
cualquier potencial invasor de su tranquilidad y su
felicidad, como es el caso del mismo Martín Fierro".
De esta manera el director de Juan Moreira, Claudio
Gallardou nos presenta este folletín novelesco basado en la
versión original de José Podestá de 1891.
Quince actores y 12 bailarines en escena. El espacio que nos
recibe: el gran Teatro Nacional Cervantes. Traspasando esas
puertas ya entramos en otro clima. Nos recibe la composición
musical de Horacio Guarany y de repente ya nos trasladamos a
fines del siglo XIX.
Con fragmentos de poesías de Fernán Silva Valdez, la puesta
comienza con la aparición de dos payadores y una pianista
quienes dan pie al relato del mito de Juan Moreira.
"No soy mejor que naides y naides es mejor que yo", comienza
en formato audiovisual la presentación del personaje
principal interpretado por Alberto Ajaka. Un recurso
interesante, que impacta mientras que Moreira entra a
escena.
Este drama en un acto y nueve cuadros cuenta con un gran
elenco a la cabeza de Ajaka, quien cumple exactamente con el
physique du rol de Moreira.
Para destacar el trabajo de Toti Ciliberto, en un rol
alejado completamente a lo popular a lo que acostumbramos a
verlo. También para resaltar son los climas logrados por el
dúo de los payadores( Concilio - Sanz) junto al
pianista/bombo Parodi. El relato desde ese lugar se vuelve
ameno, claro y sincero.
Los momentos musicales con el aporte del cuerpo de baile dan
aire al texto y alegría a la pieza. La pisada escénica firme
de Mariana Torres en el rol de Doña Paloma conmueve al
público.
Entre los bailarines, todos muy correctos, destacamos a
Nahuel Valenzuela, quien presenta un gran trabajo corporal
que sin dudas lleva en la sangre. La música toda, bellísima.
Juan Moreira es una excelente oportunidad para encontrarse
con las raíces de nuestros comienzos históricos y artísticos
como nos invita a hacerlo su director.
Por la Lic. Marianela
Álvarez
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