(30/11/2023)
Por Francisco Martín (Ig: @franmartin30)
Un 30 de noviembre, inspirado por su gran afición al hacer teatral, el
virrey Juan José de Vértiz y Salcedo mandó a erigir el histórico Teatro de
la Ranchería en 1783. La intención que portaba la construcción de los
teatros (siendo el primero el del italiano Guillermo Saccomano en el año
1757) era no sólo la transmisión de valores y costumbres, sino también una
gran vía de entretenimiento entre las pocas que existían en aquellas épocas.
Lamentablemente, en el año 1792 aconteció un hecho trágico: uno de los
cohetes de celebración fue disparado desde el atrio de la iglesia de San
Juan Bautista del convento de Capuchinas hacia el Teatro de La Ranchería (se
desconoce si fue un fenómeno intencional o accidental), causando un incendio
que redujo a cenizas el establecimiento. Hasta la construcción del Teatro
Coliseo en 1804, Buenos Aires permaneció sin teatro, pero la actividad se
realizaba en cualquier lugar adecuado y accesible para los asistentes. Pues,
la necesidad del pueblo de apreciar la labor de otros como entretenimiento,
frente a tiempos de penurias, resulta imposible de desplazar, así como la
necesidad del artista de proyectar su voz.
El
día en el que el Teatro de la Ranchería abrió formalmente sus puertas ahora
es motivo de homenaje y celebración pues, desde 1979, a raíz de una
iniciativa del Instituto Nacional de Estudios de Teatro (INET) y posterior
decreto del Poder Ejecutivo Nacional, se celebra el Día Nacional del Teatro
y del Teatro Independiente.
Ahora, instituciones como el Teatro Colón
son estandártes de prestigio en el mundo teatral en general. Y, así como
existen aquellos escenarios más populares y ostentosos, se encuentran entre
lugares más ocultos miradas variopintas que distan de las grandes
producciones, ya sea por las limitaciones presupuestarias o por una
diferente visión del medio. El Teatro Independiente se propone muchas veces
no sólo como una etiqueta para las obras de menor repercusión, sino también
como un movimiento artístico, ideológico, que conciben al espacio del
escenario como una experiencia mucho más íntima, e incluso transgresora
frente a la caara más comercial del teatro.
Al final del día, cada artista y obra es
un mundo, independientemente de su edad, su género, su apariencia, y del
espacio en donde exprese sus ideas. Por ello, el 30 de noviembre, celebramos
la necesidad de crear en este país, la necesidad de crear TEATRO. |