(28/12/2023)
Por Francisco Martín (Ig: @franmartin30)
El día de ayer, el presidente Javier Milei presentó la “Ley de Bases y
Puntos de Partida para la Libertad de los argentinos” ante la Cámara de
Diputados del Congreso Nacional. El programa de la propuesta radica en una
enorme modificación de artículos constitucionales presentes y la inserción
de otros nuevos, con el objetivo de poner en marcha el proyecto de país
libertario que tanto anhela.
Algo que resalta de entre
las decisiones es la seria reducción de la atención y financiamiento estatales
para numerosas tareas dentro del suelo argentino, en pos de reducir la
presencia del Estado y dar paso a entidades privadas. Estos cambios, entre
ellos la desfinanciación cuasi-completa de la Ley de Bosques, además terminarían
por afectar radicalmente a las entidades de preservación cultural y
artística.
Los organismos culturales
que más sufrirían por esta ley serían el Fondo Nacional de las Artes y el
Instituto Nacional del Teatro, pues se decreta la derogación de la Ley 24800
llamada "Ley Nacional del Teatro" (la cual fue sancionada en 1997 para crear
el Instituto Nacional del Teatro), y el Decreto Ley 1224 de 1958 (que
constituyó el Fondo Nacional de las Artes). Se implica que estas entidades
serían eliminadas, indicándose en el texto que el Poder Ejecutivo
“procederá a la reasignación de los recursos humanos, presupuestarios y
materiales” que ellas administraban.
El Instituto Nacional de
Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), por otro lado, sufriría una potente
reducción en sus fondos de ingreso. Su financiación pasaría a ser un
principal asunto del tesoro nacional, administrándose sus ingresos por el
Ministerio de Economía. También, se eliminaría la cuota de pantalla y la
recaudación por parte del Ente Nacional de Comunicación, obteniendo su
segunda fuente de ingresos por un "impuesto al cine" (10% sobre el precio
de las entradas de cine).
En lo que respecta al
personal del Instituto de Cine, deberá reducir un 70% a su personal al
ponerse un tope en los gastos operativos y de personal, no pudiendo superar
el 25% de su presupuesto (actualmente se gasta el 50% sólo en personal). Por
otra parte, el subsidio para proyectos audiovisuales no podrá sobrepasar el
50% del presupuesto total de la película, pudiéndose pedir cada dos años.
Se eliminarían las
responsabilidades del INCAA sobre la ENERC, haciendo de su cierre algo posible.
Pero se mantiene la Cinemateca Nacional.
El reino de la música
también sería afectado, pues el Instituto Nacional de la Música es considerado
en el texto como un “organismo descentralizado en la órbita de la
Secretaría de Cultura”, por lo que considera urgente recortar su
autonomía y eliminar el fondo de financiamiento decretado en 2012. Así, los
fondos a la música pasan a ser responsabilidad de la Secretaría de Cultura
de la Nación "u organismo que en el futuro la reemplace, dentro del
Presupuesto General de la Nación".
Sobre la Secretaría misma,
su director no formaría parte de la proyección presupuestaria y la
planificación estratégica de los recursos, limitándose a
administrar los fondos previamente definidos y asesorar a los organismos de
la actividad artística. |