(29/10/2020)
La gran actriz, que dias atras era noticia por superar con exito un cuadro
de Coronavirus, hoy está cumpliendo 100 años, la mayoria de ellos dedicados
a su pasion: la actuación
La rica
trayectoria interpretativa de Bernard la ubica en ambos extremos del camino
brillando en radioteatros de los 40 y componiendo malas malísimas en
telenovelas de los 90.
En medio de ese andar que nunca pasó inadvertido, la actriz se ganó un lugar
de reconocimiento en los escenarios teatrales y tomó parte en una veintena
de filmes entre 1951 y 2010.
“Cada personaje hay que armarlo y pensarlo mucho. Por lo general, y sobre
todo en televisión, a mí siempre me han dado personajes de mala y me gustan
mucho, porque son roles fuertes. No me atraen los personajes débiles para
nada”, definió Hilda en declaraciones periodísticas.
Cinco años atrás y
como prólogo a un homenaje que se le realizó en el Teatro Nacional
Cervantes, el investigador Alberto Wainer resaltó que “es, sin duda una gran
actriz, sin que importe el medio desde el que nos regala su talento pero, si
hay algo de ella que la hace especialmente única, está en su voz, una música
que nos permitió soñar con heroínas de indescriptible belleza y habitar
universos deslumbrantes”.
Con una de las mejores voces del medio, que la hizo estrella de la radio en
la década de 1940 cuando formó en Radio El Mundo una imborrable dupla con
Oscar Casco -hubo también otros galanes-, Bernard nació en Puerto Deseado,
provincia de Santa Cruz, el 29 de octubre de 1920, de ancestros ingleses,
belgas y austríacos
Ya en Buenos Aires, estudió en el entonces Conservatorio Nacional de Arte
Dramático, donde tuvo como maestro a Antonio Cunill Cabanellas y compartió
las aulas con María Rosa Gallo; en 1941 debutó en el escenario del Cervantes
en una versión de “Martín Fierro”, con un papel de vendedora de empanadas
que ganó por concurso.
A partir de
entonces comenzó a acaparar los roles de lo que se llamaba “damita joven”,
una categoría muy codiciada. Su primera gran popularidad residió en aquellos
programas, con Casco, Eduardo Rudy y Fernando Siro en El Mundo; a principios
de los 50 estuvo en Radio Splendid como primera figura de un ciclo libretado
por Nené Cascallar -"Mi esposa se quiere casar”, con Nydia Reinal y también
con Casco- y regresó a su emisora madre con títulos como “No quiero vivir
así” y “Alguien para querer”.
En los últimos años gloriosos del género (1957), interpretó por El Mundo una
adaptación de “Palabras al viento”, una película estadounidense dirigida por
Douglas Sirk en la que hacía el papel de Lauren Bacall, en tanto Fernando
Siro replicaba el de Rock Hudson.
Rastrear la carrera teatral de Bernard permite ubicarla, entre decenas de
puestas, en “Los mirasoles” e “Islas Orcadas” (ambas en 1942), “Las de
Barranco” (1962) y “Mataron a un taxista” (1970). En 1983 participó del
ciclo Teatro Abierto con “Concierto de aniversario”, de Eduardo Rovner, con
dirección de Sergio Renán, que se repuso modificada en el San Martín en 1991
y en el que ella repetía su papel.
“Las Sopranos
Sociedad Secreta” fue en 2007 un experimento musical de Osvaldo Campion en
el que actuó junto a cantantes líricos, y ese mismo año tomó parte en el
ciclo “Mujeres x la Identidad”, junto a Georgina Barbarossa, Luisa Kuliok,
Natalia Oreiro, Julia Zenko y China Zorrilla.
Dos puntos altos de su carrera fueron “El último encuentro” (2010), de
Sándor Márai, junto a Duilio Marzio y Fernando Heredia, dirigida por
Gabriela Izcovich, y “8 mujeres”, de Robert Thomas, con Katja Alemann,
Cecilia Dopazo, María Leal, Emilia Mazer, Norma Pons, Juana Repetto, Mónica
Villa y Chunchuna Villafañe, con dirección de José María Muscari. Allí
repetía el papel de abuela que Danielle Darrieux hizo en la película de
François Ozon.
En el cine debutó con “Mala gente” (1951), de Don Napy, cuando su estrellato
radial era pleno, y a esa película siguieron títulos como “Enigma de mujer”
e “Historia de una soga” (1956), “Vení conmigo” y “Autocine mon amour”
(1972), “La flor de la mafia” (1974), “Seis pasajes al infierno” (1976, de
Fernando Siro), “Días de ilusión” y “Rosa de lejos” (1980), “Diapasón”,
1986, de Jorge Polaco.
En 2004 participó en una peculiar película de terror coproducida con Estados
Unidos y hablada en inglés, “La sombra de Jennifer”, junto a varios
intérpretes argentinos y estelarizada por la hollywoodense Faye Dunaway.
En 2014 fue nombrada Ciudadana Ilustre por la Legislatura porteña y sufrió
un ACV del que pudo salir airosa, pero comenzó a pensar que su etapa
artística estaba concluyendo.
Un año antes había participado del ciclo televisivo “Los Grimaldi, una
familia de locos” y en la obra “Póstumos”, un emprendimiento demasiado
fúnebre de Muscari en el teatro Regio y hacia 2015 se le otorgó un Martín
Fierro a la trayectoria (el segundo que mereció tras ganarlo en 1992 como
actriz de reparto por su labor en “Antonella”).
La televisión
subrayó la figura de la actriz Hilda Bernard desde la década de 1960, cuando
apareció en programas como “Romeo y… Raquel!!!”, con Atilio Marinelli,
seguido, entre otros por “Mujeres en presidio”, “Lo mejor de nuestra vida…
nuestros hijos”, “Muchacha italiana viene a casarse”, “Malevo”, “Alta
comedia”.
En las últimas décadas se la siguió admirando gracias a esos roles malévolos
que asumió en “Antonella”, “Soy Gina”, “Chiquititas”, “Los simuladores”, “Tiempofinal”,
“Rebelde Way”, “Floricienta”, “La niñera”, “Los exitosos Pells”, “Lo que el
tiempo nos dejó” e “Historias de la primera vez”.
Fuente: TELAM
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